La salud de nuestros ojos es de gran importancia para nuestra calidad de vida y bienestar. Una patología ocular que afecta a un gran número de personas alrededor del mundo es el glaucoma.
¿Qué es el glaucoma y en qué consiste?
El glaucoma es una enfermedad ocular crónica, caracterizada por la lesión del nervio óptico y la pérdida progresiva del campo visual.
El glaucoma se clasifica en dos tipos principales: el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado. El primero es el más común y con mayor frecuencia hace mella de manera lenta, siendo prácticamente asintomático hasta que se encuentra en una etapa avanzada. Por otro lado, el glaucoma de ángulo cerrado presenta síntomas severos, como dolor ocular, enrojecimiento, visión borrosa, náuseas y vómitos; sin embargo, este tipo es menos común.
La importancia de las revisiones periódicas
El glaucoma se conoce como “el ladrón silencioso de visión”, ya que en muchos casos no presenta síntomas evidentes hasta que se encuentra en una etapa avanzada. Una vez que el daño ocurre, es irreversible, lo que hace fundamental la detección temprana de esta enfermedad para prevenir la pérdida de la visión.
Se recomienda que las personas menores de 40 años realicen una revisión ocular al menos cada cinco años, entre los 40 y 60 años una vez cada dos años, y en mayores de 60 cada año. Además, si tienes factores de riesgo como antecedentes familiares de glaucoma, diabetes, miopía o hipertensión arterial, es fundamental que realices revisiones anuales a partir de los 35 años.
Consejos para prevenir el glaucoma
Si bien no se puede prevenir el desarrollo de glaucoma en su totalidad, hay medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollarlo:
• Visita regularmente a tu oftalmólogo: La detección temprana es clave para prevenir la pérdida de visión debido a un glaucoma no diagnosticado.
• Mantén una dieta saludable: Una dieta rica en frutas, verduras, pescado y granos integrales puede ayudarte a mantener la presión intraocular en niveles normales y evitar factores de riesgo.
• Controla enfermedades crónicas: La diabetes y la hipertensión pueden aumentar el riesgo de glaucoma, por lo que el control adecuado de estos factores es fundamental.
• Practica ejercicio físico de forma regular: Mantener una actividad física moderada y constante ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y a mantener la presión intraocular controlada.
• No fumes: El tabaco también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar glaucoma.
• Protege tus ojos del sol: Usar gafas de sol con protección UV y evitar la exposición prolongada al sol pueden contribuir a prevenir el desarrollo de enfermedades oculares, incluido el glaucoma.
En resumen, el cuidado de nuestra salud visual es de suma importancia para prevenir condiciones como el glaucoma. Visitar al oftalmólogo de manera periódica, mantener una vida sana y cuidar nuestros ojos deben ser prioridades en nuestra rutina diaria.
